Reforma y contrarreforma
El esplendor intelectual conseguido por los humanistas contribuyó a la aparición de la Reforma, movimiento de rebelión contra la Iglesia Católica que convulsionó el centro de Europa durante el siglo XVI. Sería el alemán Martín Lutero, al colocar en 1517 en las puertas de la iglesia del castillo de Wittenberg sus famosas 95 tesis, en las que atacaba entre otros problemas la venta papal de indulgencias, el detonante de la ruptura de la unidad religiosa europea.
La actitud de Lutero no fue un hecho aislado ni circunstancial, sino que respondía a una época de crisis. La Reforma coincidió con un profundo descontento económico, el desprestigio de la jerarquía eclesiástica, la propagación de corrientes místicas, los continuos enfrentamientos bélicos y una desorientación espiritual generalizada. Era evidente, sobre todo entre el clero germánico, la necesidad de una reforma que devolviera a la iglesia la esencia del cristianismo.
El luteranismo, que rechazaba la autoridad del Papa, la mayoría de los sacramentos y el culto a la Virgen, y que defendía la libre interpretación de la Biblia y la prioridad de la fe sobre los actos como medio de salvación, no tardó en propagarse por todo el norte y centro de Europa, sobre todo entre la nobleza.
La reacción católica tuvo su primer protagonista en el emperador Carlos V (I de España), obsesionado por luchar contra los protestantes y conseguir la unidad religiosa. Pese a la victoria imperial en la batalla de Mühlberg en 1547, al final tuvo que firmarse la paz de Augsburgo en 1555, que confirmó la ruptura entre católicos y protestantes. La Iglesia Católica intentó además combatir a la Reforma mediante la llamada contrarreforma, movimiento de reacción que se apoyó en el Concilio de Trento (1545-1563) y en la Compañía de Jesús. El concilio reafirmó los dogmas católicos atacados por Lutero, fortaleció las jerarquías eclesiásticas y estimuló la enseñanza de la religión. Por su parte, la Compañía de Jesús, orden religiosa fundada en 1534 por el español Ignacio de Loyola, se propuso difundir, bajo las órdenes del Papa, la doctrina católica por toda Europa y el mundo; para ello, los jesuitas realizaron una amplia labor educativa, creando multitud de escuelas y universidades.
1.- ¿Qué proponía la nueva reforma con respecto al luterismo?
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